Las algas son organismos de gran utilidad en varios aspectos
clave de la transición hacia una bioeconomía, que no dependa de los
recursos fósiles, no renovables. Incluso en un clima frío como el de
Finlandia, las algas pueden ser usadas para producir biocombustibles y
otros productos químicos, además de utilizarse para capturar las
emisiones industriales de dióxido de carbono. El proyecto ALGIDA,
coordinado por el Centro de Investigación Técnica de Finlandia (VTT), ha
explorado la viabilidad práctica del cultivo de algas en Finlandia, con
miras a su aprovechamiento en las aplicaciones expuestas.
Los
productos obtenibles de las algas son adecuados no sólo para elaborar
biocombustibles sino también pigmentos, componentes para cosméticos e
hidrogeles. Las algas también se utilizan en la fabricación de
suplementos nutricionales, especialmente los de ácidos grasos omega-3.
La biomasa de algas es apta para producir biofertilizantes.
Cultivar
algas para elaborar biocombustibles es todavía una práctica bastante
limitada al laboratorio. Su cultivo es aún más difícil en climas fríos
donde hay poca luz diurna en el invierno.